Me llamo Caroline Clément
Crecí mirando imágenes de otros lugares, esas tierras lejanas que las películas en súper 8 que los años africanos de mis padres han grabado en mi memoria. Imágenes, viajes, belleza y diferencia; tantos valores que me han nutrido y que sigo alimentando a través del arte y la arquitectura.
El primer capítulo de mi vida se escribió en arcilla, en busca de lo que ofrece el planeta, en busca de exotismo y aventura. Como ingeniera geóloga, tuve la oportunidad de viajar por el mundo, de vivir en diferentes continentes, en contacto con las culturas locales. Acompañado de mi fiel amiga de 35 milímetros he fotografiado, documentado, capturado lo esquivo, lo que no se dice, lo que se vive y anima el esteticismo de mis emociones hoy.
Constructora de corazón...
Llevo muchos años reinventando y armonizando mi casa en los cuatro puntos cardinales, mezclando lo de otros lugares con las inspiraciones occidentales, para recordarme de dónde vengo. Ampliar, hacer respirar, imaginar un nuevo espacio para facilitar la vida de los ocupantes, utilizar materiales locales, descubrir el saber hacer de los artesanos se ha convertido a lo largo de los años en un motivo central que me fascina y me ha inspirado para iniciar un nuevo capítulo de la vida.
También me formé en diseño de interiores con el método H.O.M.E. (Habite et Optimise Mon Espace) para convertirme en un experto en disposición ergonómica y optimización del espacio pertinente y personalizado.
Hoy quiero compartir mis experiencias, tanto de diseño como técnicas, con respecto a esta fuente inagotable de colores orientales, occidentales, antiguos y contemporáneos que han teñido mi carrera.
El tema de los viajes tiene lugar ahora en nuestros interiores. Es posible alejarse de todo al cruzar la puerta, encontrar la felicidad que da la intimidad del lugar, construir todo a tu imagen y semejanza y disfrutar del tiempo que se detiene.
Para que la foto y el viaje interior cobren vida, todo es cuestión de arte y armonía.
Hasta pronto