El aire que nos baña...
La calidad del aire interior

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Resumen para pragmaticos

¿Su casa le permite respirar?

El aire interior está tan contaminado como el exterior. Y pasamos una cantidad considerable de tiempo en el interior, así que ¿cómo podemos identificar las fuentes de contaminación y cómo podemos prevenirlas? 

Fuentes de contaminación del aire :

Son numerosos. He aquí una lista no exhaustiva de las más comunes.
1.  Materiales de aislamiento como la lana de vidrio o de roca u otros productos petroquímicos
2.  Pinturas convencionales y revestimientos de suelos como linóleo, alfombras, etc.
3.  Disolventes, colas, barnices, lacas en muebles y muchos otros objetos
4.  Tabaco
5.  Moldes
6.  Polvo de los juguetes de los niños
7.  Etc.

Preguntas que hay que hacerse :

1.  ¿Tengo problemas de humedad en mi casa?
2.  ¿Fumo en casa?
3.  ¿Qué materiales se utilizaron en la construcción de mi casa (aislamiento, revestimiento, etc.)?
4.  ¿Cuál es la composición de los productos domésticos que utilizo?
5.  ¿Tengo aparatos de combustión? ¿Están bien mantenidos?
6.  ¿De dónde proceden mis muebles y artículos de decoración?
7.  ¿Vivo en una zona con una alta concentración de radomos?

Hábitos sencillos de adoptar:

1.  Aire 10 minutos/día, todo el año
2.  Favorecer los productos de segunda mano, que tienen una menor concentración de contaminantes
3.  Limitar los productos industriales del hogar. Piensa en vinagre blanco, bicarbonato de sodio y vapor.

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15.000 litros de aire al día... ¡Esa es la cantidad de aire que respiramos en reposo cada día!

Pasamos el 80% de nuestro tiempo en espacios cerrados. Todos respiramos aire en el trabajo, en casa, en la escuela, en lugares públicos, que está lleno de contaminantes del exterior, pero también del ambiente interior. Por tanto, es hora de cuidar el aire que respiramos, sobre todo porque las viviendas están cada vez mejor aisladas; ¡excelente noticia, dirán ustedes! Para nuestras facturas de energía sí, pero la renovación de nuestro aire interior se ve muy penalizada.

Conocer ya es la mitad de la batalla, así que aquí os enumero las principales fuentes de contaminación en interiores y cómo protegerse mejor.

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Agentes infecciosos y alérgenos

Las bacterias, los virus y las toxinas pueden proliferar en ciertos equipos mal mantenidos, como los sistemas de ventilación o de aire acondicionado. Los alérgenos proceden de los animales domésticos, las plantas, los mohos, los insectos y los ácaros del polvo.

La humedad, fuente indirecta de contaminación biológica

No faltan las fuentes de humedad: las duchas, la cocina, el lavado, el secado (hasta 1 kg de vapor de agua se genera con una lavadora), los inodoros, el metabolismo humano (un adulto produce unos 55 g de vapor de agua por hora), los daños causados por el agua, etc.

Esta humedad favorece la aparición de moho y ácaros, así como la degradación de las colas de los tableros de partículas, que liberan formaldehído.

Consejos: El aceite esencial de tomillo y el extracto de ajo, biocidas naturales, han demostrado su eficacia contra el crecimiento de hongos y bacterias en la madera.

Monóxido de carbono (CO)

Un gas incoloro e inoloro que es mortal en altas concentraciones. Lo emiten los aparatos de calefacción o de producción de agua caliente por combustión cuando son viejos o están mal regulados.

Compuestos orgánicos volátiles (COV)

Los COV incluyen una multitud de sustancias de origen biogénico (de origen natural, resultante de las emisiones de las plantas o de ciertas fermentaciones) o de origen antropogénico, es decir, procedentes del refinado, de la evaporación de disolventes orgánicos, de productos no quemados, etc.

Su volatilidad les da la capacidad de extenderse más o menos lejos de su lugar de emisión. La mayoría de ellos son cancerígenos.

Pueden ser liberados por muchos materiales:
- Materiales de aislamiento como lana de vidrio o de roca, espumas aislantes, etc.
- Materiales de construcción
- Revestimientos de suelos como: suelos de vinilo, suelos laminados, alfombras (tolueno)
- Pinturas petroquímicas, colas, barnices, lacas, resinas, ceras
- Muebles de madera tratados (insecticidas, fungicidas, etc.) o compuestos
- Velas aromáticas, incienso, ambientadores
- Productos de limpieza, aerosoles
- Disolventes
- Rotuladores, etc.

Plomo

Presente en la pintura vieja, el plomo provoca anemia y daños irreversibles en el sistema nervioso central

Partículas y fibras

El polvo contiene partículas, las más pequeñas de las cuales pueden ser inhaladas. También contiene humos, hollín, polen, esporas y alérgenos.

Las fibras son partículas emitidas por ciertos materiales (celulosa, cáñamo, sisal, amianto, lana de vidrio, roca, etc.). El amianto es famoso por ser altamente cancerígeno.

Ciertas actividades, como el bricolaje, la cocina o la limpieza, emiten grandes cantidades de partículas y fibras que quedan suspendidas en el aire.

Gases radiactivos

El radón es un gas radiactivo natural que se encuentra en el suelo y en las rocas de todo el mundo, en concentraciones variables según la naturaleza del suelo (principalmente granítico o volcánico) y el grado de confinamiento del lugar. Puede acumularse en habitaciones con muy poca renovación de aire (sótanos, etc.)

No es perceptible (indoloro, incoloro) y, sin embargo, es peligroso.

Tabaco

El humo del tabaco contiene más de 3.000 sustancias peligrosas, incluido el cianuro. Provoca irritación de los ojos y de las vías respiratorias, puede provocar ataques de asma, cáncer por tabaquismo activo o pasivo, etc. De ahí la importancia de ventilar si alguien fuma en la habitación. O mejor aún, que fume fuera.

Aire exterior: otro tipo de contaminación

El aire exterior también contiene contaminantes, pero de naturaleza diferente a los del aire interior. Aunque el aire exterior suele ser de mejor calidad, tenga cuidado con los picos de contaminación. Sin embargo, ventilar un espacio cerrado es esencial para hacer circular el aire y eliminar los contaminantes interiores.

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Los efectos sobre nuestra salud pueden ser inmediatos o a largo plazo (patologías crónicas o enfermedades graves). Dependen de la naturaleza del contaminante y de las cantidades inhaladas, de la edad del sujeto, de su vulnerabilidad y de sus hábitos.

Los europeos pierden una media de 9 meses de esperanza de vida debido al aire contaminado de sus hogares, y hasta 13 meses en los países más contaminados, según la OMS.

Cuando los efectos son inmediatos, pueden provocar molestias: irritación (de ojos, nariz, garganta, etc.), olores desagradables, náuseas, tos, ataques de asma, intoxicación, asfixia, dolores de cabeza, etc. Hay que tener en cuenta que el polvo, por su poder irritante, amplifica la nocividad de otros contaminantes.

Los efectos a largo plazo son menos evidentes: aparecen mucho después de la exposición y es difícil determinar sus causas. Una exposición baja pero prolongada a los contaminantes puede provocar enfermedades graves: cánceres, enfermedades respiratorias (asma o trastornos diversos), agravamiento de enfermedades cardiovasculares, etc.

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Ser consciente de esta contaminación invisible te permite estar atento y cambiar tus hábitos poco a poco.

  • Para limitar la contaminación interior, piense de antemano en utilizar materiales buenos para usted y para el planeta cuando construya o renueve su casa. Por ejemplo, sustituya la lana de roca por lana de madera, que no sólo es más saludable sino también más eficiente.
  • Cambie la pintura convencional por una pintura ecológica con bajo contenido en COV o por un revestimiento de tipo cal o tierra que le dé carácter a su interior. Además, las pinturas ecológicas a base de cal natural protegen de los campos magnéticos y proporcionan confort térmico. 
  • AerationEscoge muebles de segunda mano. De hecho, todos los materiales liberan más contaminantes al principio de su vida útil.  
  • Ventile regularmente, al menos 20 minutos al día, ¡aunque la temperatura exterior no sea alentadora! Elije un sistema de ventilación (VMC) adaptado a su vivienda con la ayuda de un profesional. Debe limpiarse con regularidad para evitar que se obstruya y para que siga siendo eficaz. También hay que evitar el calafateo.
  • Revise y mantenga su sistema de calefacción regularmente.
  • ¡Tenga cuidado! Un hogar limpiado con productos tóxicos no es necesariamente un hogar saludable.

Al comprar productos, dé preferencia a los que contengan la menor cantidad posible de contaminantes (etiqueta COV: escala de la A+ (muy bajas emisiones) a la C (altas emisiones)).

Y por qué no tratar de limitar las fuentes de emisión cuidando de no multiplicar los productos de limpieza, pero también las velas perfumadas, el incienso y los ambientadores que, tras sus buenos olores, esconden numerosos compuestos tóxicos (COV, HAP, plomo, benceno, ftalatos, CO..).

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Voyage d'intérieurs

Caroline CLEMENT
Architecture