Un piso de 60m2 muy luminoso y diáfano, pero como muchos edificios de los años 50, los espacios son muy estrechos. El cliente quería potenciar la luminosidad del espacio y darle carácter; crear espacios de almacenamiento y zonas modulares de teletrabajo.

La prioridad: un piso para dos, fácil de vivir, almacenar y trabajar.

En este proyecto, el espacio habitable debía girar en torno a la cocina. Un espacio abierto, funcional, elegante y discreto para un ambiente diurno acogedor. La cocina-comedor se separó de la zona de estar mediante un pasillo que es a la vez lugar de paso y parte integrante del espacio de día.

El cuarto de baño se ha ampliado eliminando los pasillos, aumentando así el espacio «útil».

Se han creado dos grandes vestidores en cada uno de los 2 dormitorios.

En cuanto al ambiente, hemos querido dar a cada habitación una personalidad diferente. Un dormitorio de estilo boudoir, un cuarto de baño muy relajante y una zona de día con toques vintage y nórdicos, todo ello realzado por colores fuertes y complementarios para darle un toque moderno. La apuesta salió bien. Un año después de entregar las llaves, ¡una clienta que se siente bien en su casa!